MEDIOCRIDAD EN TU EQUIPO, 4 FORMAS DE COMBATIRLA


¿Cuál es la prueba más difícil a la que se puede enfrentar un líder? Muchos estarán de acuerdo con que es el contagio de mediocridad que se da en la oficina o en el equipo; pero la pregunta que todos se hacen es; ¿Qué debo hacer con un miembro del equipo cuando es mediocre o es bueno pero no excelente?

Por fortuna para ustedes, la mediocridad es un síntoma de liderazgo ineficaz, y no de personal anémico. Así lo describe el autor Joseph Grenny, experto en entrenamiento corporativo y desarrollo de liderazgo. Él ha propuesto algunas prácticas para potenciar el liderazgo y alcanzar un desempeño excelente, combate la mediocridad con estos consejos y ejemplos para ti…

1. Haz evidentes las consecuencias de la mediocridad:

Sencillamente, la mediocridad aparece cuando no hay conexión entre lo que se está haciendo y las consecuencias de hacerlo bien o mal. Para tener impacto en este problema, lo que un líder debe hacer es asegurarse de que todos los empleados tengan claro la importancia de lo que hacen y que puede pasar si lo hacen mal o no lo hacen; Cuando en una empresa el gerente debe manejar un alto número de operarios el desempeño suele salirse de control.

Probablemente su desempeño mejorará si logra conectarlos con nuevos y mejores estándares. Seleccionar a algunos de ellos para que prueben o usen lo que hacen y se den cuenta de lo malo que es (si es un producto por ejemplo); al trabajador usar o probar lo que hizo puede hacer que entienda que debe mejorar. Aquellos que tengan esta experiencia les contarán a sus colegas el desastre que han hecho; y en consecuencia en poco tiempo se notará un cambio respecto a la mediocridad del trabajo. Traten de encontrar formas de conectar a sus empleados con el resultado de su desempeño a través de experiencias, emociones e historias, eviten el lenguaje impersonal y burocrático, hablen en términos humanos.

2. Para la mediocridad, usar medidas concretas:

A lo que más le teme la mediocridad es a las metas y medidas significativas. Cuando se suele usar medidas o estándares pobres, imagínense como resulta el desempeño. Medidas como “Adquirir 3.000 nuevos clientes”, “Abrir 100 nuevos locales” o “aumentar los ingresos en 20%” puede motivar al personal; y más cuando se les asignan pequeños porcentajes de ingreso extra o responsabilidades, no en términos de funciones, sino en términos de logros. Las metas conectadas por medio de aspiraciones y motivación tienden a influenciar positivamente a la mayoría de personas, sácale el mejor provecho a tu discurso.

3. Asigna responsabilidades en pares:

Crear una cultura de “responsabilidad en pares” puede ser una estrategia eficaz para matar la mediocridad si es bien implementada. Cuando se trabaja en parejas suele suceder que uno impulsa al otro cuando hay retrasos o problemas; hay que tener cuidado con quienes se forman las parejas, no vaya a resultar peor. Asignar tareas en equipos puede tener mejor resultado, ya que se da pie al diálogo, la colaboración y a la confrontación cuando el otro no está haciendo suficiente. La presión que ejerce el trabajo del otro reta a los que no van tan bien es sus responsabilidades; también existe retroalimentación y mutua supervisión; lo cual resulta más efectivo que estar encima de los mediocres todo el tiempo.

4. Si sigue la mediocridad, Hazte escuchar:

Tu voz o la falta de ella se hará notar en los pasillos de la empresa o en el equipo; si ya estableciste unas normas hazlas valer; si no lo haces y no estás vigilante, no solo no las van a cumplir, tampoco te van a respetar. Trata de darle la importancia que cada situación merece; resuelve los problemas a tiempo, no los postergues, cumple con tus compromisos, escucha y corrige; si dejas que tus empleados sientan tu ausencia darás mucho que desear sobre tus valores de líder. Especialmente los problemas personales son un fuerte enemigo; pero serán más fáciles de manejar si ya tienes establecidas unas normas de excelencia; la forma en la que los manejes amplificará o disminuirá tu influencia en el equipo.

Si ante todo esto, después un tiempo prudente y de darle muchas oportunidades aún persiste la mediocridad en algunos individuos,  el truco es sencillo:

A nivel empresa:

Despídelos; En el mercado laboral existen miles de personas dispuestas a darlo todo; quizás estés desperdiciando recursos valiosos en alguien que no está aportando nada en la empresa y que demuestra que tampoco le interesa.

A nivel equipo:

Salte si puedes; Puede ser mucho más complicado ya que en algunos escenarios se juega incluso la amistad; siendo así, podría pasar lo siguiente:

  • Trabajo de estudios (no puedes salirte porque el profesor no deja), intenta dar lo mejor de ti, delega tareas más sencillas aunque probablemente en últimas terminarás corrigiendo tu la mayoría.
  • Trabajo en equipo con colegas, nada que hacer; haz tu trabajo y comunícale a tu jefe directo lo que está ocurriendo; es probable que él ya lo tenga entre ojos.
  • Tus socios en un emprendimiento (aquí la amistad y el negocio están en juego); pero si crees que eres persona que hace más del 80% y apenas tienes un porcentaje pequeño del negocio lo mejor es que te vayas y crees el tuyo propio.

A nivel personal:

Obsérvate, si el problema es masivo quizás estés siendo un mal líder y no transmitas la autoridad que se requiere; si eres emprendedor no te vendría mal contratar un jefe que te reemplace, muchas veces el daño ya está hecho y la gente requiere de un cambio. Tú dedícate a funciones más estratégicas del negocio y que los jefes inmediatos te rindan cuentas.

Mauricio Duarte
Founder / The Mentor Of The Billion
Fuentes: Harvard Business Review